Hace un tiempo leí en Wired que la rotación en la lista Fortune 500 es cada vez mayor, produciéndose una aceleración en el ritmo de los cambios que se suceden de año en año. Así una empresa que entraba en la lista en los años 60 del siglo pasado, por ejemplo, perduraba más tiempo en ella por norma que una que lo ha hecho en las primeras décadas del s.XXI. Esta anécdota corresponde a una noticia del mundo pre-covid, por lo que, probablemente, en los próximos tiempos la aceleración del cambio en el sanctasanctórum de los listados de  grandes empresas se haga aún más notable. Y es que, en un entorno hiperacelerado, donde la tecnología avanza sin pausa, aderezado todo ello por la incertidumbre y por las turbulencias que el coronavirus ha traído consigo, las organizaciones tienden a moverse con cierto nerviosismo buscando cómo enlazar su presente con la fabricación de un futuro de éxito.

¿Y esto cómo se hace? ¿Cómo se une el hoy con el mañana de forma coherente?

Esta es,  bien seguro, una pregunta que muchos empresarios y líderes organizacionales se hacen a menudo. Pues el proceso comienza por un acertado manejo de la información que conduce a ideas con un claro enfoque futurista, es decir, pensamientos que rompen las cadenas del aquí y del ahora y que son capaces de orientarse a los consumidores y a las sociedades venideros.

En relación con todo esto, desde nuestro ecosistema de firmas, hemos empezado a dar los pasos seguros para cumplir con esta misión y así, apostamos por crear nuestro propio tanque de pensamiento, porque para fabricar el futuro es indispensable el conocimiento profundo, certero y adecuado al momento que estamos viviendo, pero sobre todo de lo que es factible que ocurra después de él.

Así, contamos con un equipo de expertos orientado a investigar las best practices de las organizaciones de todo el mundo, sí, pero sobre todo a identificar y a diseñar las next practices. Porque como ya he señalado en más de una ocasión los triunfadores del mercado están en el juego del next practice, de los océanos azules y de la disrupción como bandera.

Y es que nuestro tanque de pensamiento funciona como un laboratorio de ideas y como un centro de reflexión que analiza los retos y los desafíos de una organización en detalle para poder proponer planes estratégicos, herramientas de trabajos y en definitiva ofrecer una respuesta a sus interrogantes para contribuir al crecimiento económico y el bienestar social.