El caso de Kodak es famoso en tanto que fue una de las grandes empresas a inicios del siglo XX y, sin embargo, para comienzos del s.XXI se declaraba en bancarrota.

Analizando su historia, se ha llegado a afirmar que esta empresa hizo que las personas cambiaran la forma de verse a sí mismas. Inventó la primera cámara fácil de usar; logró casi un monopolio en el negocio de las películas de consumo, capturó la imaginación de todo el mundo y fue sinónimo de Hollywood. ¿Cómo lo hizo?

A través de un modelo de negocio simple en el que se distribuían cámaras baratas y se creaban clientes de por vida para el producto verdaderamente lucrativo, la película. Además, la empresa creó los formatos cinematográficos de Hollywood; inventó la tecnología Super 8, que inspiró la era de las películas caseras; y construyó los fotosistemas utilizados en la Luna.

Todos estos hitos se traducían en datos tales como que entre 1960 y 1970, Kodak vendió 70 millones de sus cámaras Instamatic, en las que el propietario medio usaba ocho rollos de su película insignia Kodapak cada año.

Sin embargo, Kodak fue incapaz de transformarse con los tiempos. Confió demasiado en la pervivencia de las cámaras analógicas. A pesar de que Steve Sasson, uno de sus ingenieros, creó el primer prototipo de una cámara digital en 1975.

Sin embargo, Kodak no quiso invertir en la fotografía digital y esto supuso quedarse al margen de una revolución en su sector. Todo esto lastró a la compañía que, en enero de 2012, se declaró en bancarrota por 6.750 millones de dólares, abrumada por los altos costos de las pensiones y un retraso de años en adoptar la tecnología de cámaras digitales.

Desde entonces trabaja para seguir adelante y con la crisis del COVID 19, anunció que iba a dedicarse a la producción farmacéutica, para ello el gobierno de los Estados Unidos le cedió un préstamo de 765 millones de dólares para producir “materiales iniciales” para medicamentos genéricos.

La negación del cambio de la tecnología analógica a la digital supuso que Kodak no dedicara los esfuerzos precisos para triunfar en el mercado emergente. Porque la miopía de su éxito le hizo creer que la cámara digital era un “y además”, cuando en realidad suponía la total disrupción de su industria.

En mi opinión, para que esto no suceda, en la organización se han de entender los cambios desde una transformación del mindset que permita:

•   Conjugar la triple perspectiva estratégica, cultural y corporativa.

•   Evolucionar de la perspectiva de disyuntiva, o esto o lo otro, hacia un enfoque de suma, este aspecto y este otro.

•   Romper las fronteras tradicionales del espacio y del tiempo, hacia una perspectiva más colaborativa.

•   Asumir el sentido de urgencia constante, de tal manera, que la metáfora de correr maratones a ritmo de sprint sea una máxima habitual.

•   El impulso de los líderes organizacionales, que también habrán de apostar por la transformación de su mentalidad de un modo mesurable.

Un último, apunte, si quieres saber más de casos empresariales, como este que he analizado hoy, te invito a escuchar mi podcast: Futurología empresarial. Está disponible en Audible, Spotify y Apple.

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