Relación con los inversores: el valor de la confiabilidad
Las relaciones con los stakeholders son un tema clave en la gestión corporativa actual, no en vano, son capaces de influir y ser influidos en y por las operaciones de la empresa.
Cada una de las áreas empresariales tiende a poner el foco en los grupos de interés más cercanos a su fabricación de decisiones, así, desde los departamentos de gestión del talento, la atención se concentra en los colaboradores o desde la dirección de marketing se mira hacia los consumidores.
Sin embargo, desde el punto de vista de los órganos de gobierno, aun sabiendo que todos los grupos de interés precisan atención y una acertada gestión, se ha de mirar con más precisión a los inversores y a las relaciones que puedan establecerse con estos.
¿Por qué?
Porque en sus manos reside la capacidad de la empresa para orientarse hacia la sostenibilidad, pero también porque la adecuada relación con ellos ayudará a poner como centro de gravedad el enfoque corporativo a largo plazo.
Sin duda, para tomar esta dirección, recibir la confianza de los inversores resulta imprescindible. Y es que liderar para el largo plazo es más fácil de decir que de hacer; ya que precisa coraje, visión y un equilibrio entre el ahora y el futuro.
En las relaciones con los inversores, además de los requisitos que se demandan desde una perspectiva legal, también es interesante establecer cauces de interlocución, en los que se hable sobre el camino recorrido y sobre las perspectivas organizacionales a futuro. Y también dentro de estos se han de desarrollar sistemas para potenciar toda la información independiente que los inversores pueden proporcionar, desde su percepción sobre las potenciales vulnerabilidades (operativas, financieras y competitivas) hasta las fortalezas que ofrece la empresa.
Para concretar esta perspectiva de relaciones con los inversores es recomendable crear un comité que contribuya a su liderazgo y a su gestión, pues establecer vínculos periódicos lleva tiempo y, sin duda, asentarlo precisa de encuentros de claro enfoque estratégico.
En definitiva, de esta manera, la organización estará trabajando por asentar un valor clave para su buen desempeño, el de la confiabilidad de aquellos que invierten recursos, desde luego, pero también tiempo y esfuerzos en ella. Y, sin duda, en los órganos de gobierno corporativo será mucho más productiva la fabricación de decisiones desde el apoyo y la credibilidad, que trae consigo la confianza.