Conducir, gestionar y el cambio constante
Uno de los peores enemigos del crecimiento (vital, profesional, mental) es lo que se denomina zona de confort, ese lugar donde uno se siente seguro y dónde, lo más probable, no sucederá nada malo, pero también ese espacio donde los retos quedan inhibidos.
Cada cierto tiempo, considero que es bueno ponerse nuevos desafíos de diversa índole: viajar a lugares remotos y desconocidos, terminar de escribir un libro o participar en un rally. Y estos son algunos de mis objetivos para los próximos meses. Por ejemplo, dando un paso fuera de mi entorno y mis rutinas habituales, he participado en el Rally side by side en Portugal. ¿Por qué? Porque en una misma experiencia se conjugan coches, management y transformación constante.
Conducir y dirigir una organización no son tan diferentes, así, en otras ocasiones, ya he reflexionado sobre el arte del driving business . Ahora quiero hacer un guiño a la similitud entre cómo se vive (y se gobierna) y cómo se conduce y es que me contaban que la peculiaridad británica de circular por la izquierda es simplemente un ejemplo más de su orgullo de sentirse diferentes, no en vano siendo un prototipo del parlamentarismo mayoritario, y la más importante de las monarquías constitucionales, carece de Constitución escrita, por ejemplo.
Además, y esto me hace particular ilusión, en este reto me ha acompañado el mejor copiloto posible, mi hijo. Y siguiendo con el símil del mundo empresarial, en las familias empresarias hay que preparar a las nuevas generaciones para que, llegado el momento, puedan y sepan coger el volante para manejar la organización.
Por último, es sabido que lo único constante es el cambio, y en este evento esta máxima ha sido tangible día a día. Cada jornada ha implicado enfrentarse a la tipología del terreno y a la distancia a recorrer. Y ahí reside el atractivo, en enfrentarse a lo desconocido para aprender, crecer y volver con nuevas ideas, destrezas y conocimientos.