La racioemocionalidad: el gran reto del s. XXI
¿Qué sucede cuando se aúna racionalidad y emoción en un mismo proyecto? Eso debieron preguntarse los personajes de la película El golpe (1973), a saber, Henry Gondorff (Paul Newman) y Johnny Hooker (Robert Redford), cuando movidos por el deseo de vengar la muerte de un amigo idearon un ingenioso y excelente plan.
Su objetivo era claro, acabar con el gánster que lo asesinó, para lo que involucran a muchos conocidos. Los dos timadores basaron su éxito en una gestión racional de la estrategia, pero sus emociones estaban presentes como Norte guía del proyecto. El resultado fue un éxito, además de una divertida película.
En el contexto corporativo actual podemos encontrar ciertos paralelismos. Las palancas racionales son tan imprescindibles para el éxito de un proyecto organizacional como las palancas emocionales para liderar personas que van a llevarlo a cabo. Es importante tener clara la estrategia empresarial, qué queremos conseguir, hacia donde vamos, los objetivos y es importante trasladar esa estrategia a los equipos, donde hay que tener en cuenta la diversidad y las palancas emocionales que mueven a las diferentes personas implicadas. Solo involucrando al talento de la organización vamos a conseguir llegar donde queremos. Los planes estratégicos no se ejecutan solos, lo hacen realidad las personas.
Las organizaciones deben entender que el liderazgo en la organización tiene que ser distribuido. Y manejar un concepto de organigrama que va más allá de la representación de la jerarquía que existe en la toma de decisiones (estratégicas, funcionales, de gestión, operativas y tácticas…). Comprender que un organigrama no describe solo cómo funciona operativamente la empresa. Los líderes de estas organizaciones saben que están ante un sistema interno, basado en relaciones y en la denominada colaboración transversal. A través de esta se puede captar y transformar la inteligencia colectiva del equipo y provocar una mayor agilidad y eficiencia que son pilares estratégicos en las organizaciones de hoy en día para posicionarse en la vanguardia de sus sectores.
En definitiva, objetivos, retos y metas que con una adecuada ecuación de razón y emoción implementarán sus posibilidades de éxito.