¿Qué hemos aprendido en 2021 sobre liderazgo?
Comenzando el último mes de 2021, es el momento para revisitar lo que este año ha supuesto en algunos aspectos clave para el desempeño organizacional. De esta manera, el primer artículo de esta serie se centra en analizar qué lecciones en materia de liderazgo nos deja el año que termina. Son tres ideas significativas que, en mi opinión, cabe analizar para anclarlas a nuestro pensamiento y para ser capaces de integrarlas en lo que está por venir.
En primer lugar, la importancia de la marca personal, tanto para empresarios como para directivos, porque se ha erigido como un activo más para el éxito de la persona, sin duda, pero también de toda la corporación. En entornos repletos de complejidad y que discurren a una alta velocidad, como los actuales, los interlocutores poseen poco tiempo para dedicar a conocer y a interpretar la reputación de quien tienen enfrente. De esta manera, para ser conocidos y reconocidos con agilidad y con certeza por parte de nuestros grupos de interés (stakeholders), el diseño y la gestión de una estrategia de personal branding es una inversión necesaria.
Mi consejo, para quienes aún no han comenzado a trabajar en su marca persona, es que empiecen planteándose el siguiente interrogante: ¿Quién soy? A partir de las múltiples respuestas a esta pregunta, se podrá iniciar con acciones de comunicación que empoderen la marca personal.
Un segundo aprendizaje es la urgencia de un mindset orientado al cambio en los líderes empresariales, políticos y sociales. 2021 ha demostrado que el cambio ha venido para quedarse y que, cada vez más, aparece rápidamente y con consecuencias de mayor impacto. Por eso, esta realidad ha de ser afrontada por quienes deciden desde una perspectiva de que el cambio es un elemento natural, irremediable, que a veces, como ahora, se manifiesta de forma abrupta.
Por último, los líderes han de trabajar para la optimización de su desempeño (upskilling) y, al mismo tiempo, ser capaces de reciclarse en ciertas áreas que su rol exige (reskilling). Desde estas dos perspectivas, el líder de la organización podrá contribuir al crecimiento estratégico de toda la empresa, liderará con el ejemplo y provocará el desarrollo continuo corporativo. Aprender y reaprender de manera continua y constante han de ser entendidos como una máxima vital, tanto para las personas, pero también para las organizaciones
Sin duda estas tres ideas seguirán estando muy vigentes en 2022. En algunos casos podrán migrar de aprendizajes a imperativos. Y es por esto que aconsejo que los líderes comiencen a dar los pasos necesarios para integrar estas lecciones en sus actividades diarias.