La marca personal como requisito para el liderazgo

Hay una máxima en el mundo de la Comunicación que viene a decir así: “lo que no se comunica no existe”. Realmente, sí existe, pero no se conoce y sin ese conocimiento es harto difícil que pueda aspirar a liderar nada. Porque en un mundo hipercomunicado, activo 24×7, es imprescindible una gestión adecuada de cómo nos presentamos, y por tanto, cómo queremos que nos conozcan y, por qué no, cómo aspiramos a que nos interpreten.

Además, en un contexto tan competitivo, donde la velocidad de los negocios y de las decisiones es semejante a la de la luz, queda poco tiempo para invertir en saber más respecto a quién tenemos enfrente. Y, por otro lado, cuando se asume un rol directivo en una entidad, cuando se está al frente de una empresa y cuando se la simboliza en diversos escenarios, cómo se presenta la persona ante el mundo es un activo de toda la corporación.

Esta carencia de momentos de calidad y de cantidad implica que si queremos ser conocidos y reconocidos con agilidad y con certeza por nuestros grupos de interés, hemos de diseñar una estrategia de marca como líderes corporativos. Además, ésta se habrá de ir implementando de manera rutinaria, con tácticas concretas y con herramientas específicas. Así, la marca de la persona irá apareciendo ante el mercado objetivo, y elegido, y ante la audiencia que sea susceptible de interés.

Ahora bien, ¿cuál es el primer paso para diseñar una marca personal? Al contrario de lo que pudiera pensarse, no es una decisión hacia fuera, no es una elección solamente respecto a la comunicación sino que se centra en lograr dar respuesta a una pregunta que oscila entre el enfoque filosófico y la orientación empresarial: ¿Quién soy?

Es una cuestión que los grandes líderes han de haber resuelto antes de comenzar su viaje público, porque sin contestar con sinceridad y con certeza a este interrogante es muy complicado, por no decir imposible, lograr comunicar hacia fuera con impacto.

Con esta pregunta comienza el proceso para diseñar el resto de etapas en el journey del personal branding. Y es que si no se le da respuesta a ese quién soy, es imposible avanzar hacia otros interrogantes, también de una gran profundidad. Sin embargo, si se toma el compromiso y se cuenta con el apoyo preciso, el proyecto de construcción de la marca personal será un instrumento de gran valor al servicio de la fabricación de un liderazgo, personal y corporativo, de impacto.

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