5 ideas para el nuevo gobierno corporativo

Cuando Rusia decidió invadir Ucrania, un nuevo ingrediente de incertidumbre se sumó a nuestras circunstancias vitales. En este contexto, las organizaciones han asumido que conviven con múltiples elementos que pueden suponer amenazas u oportunidades para su devenir.

Por esto, en la actualidad, el gobierno corporativo adquiere un protagonismo considerable, pues la capacidad de fabricación de decisiones acertadas desde el inicio marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Toca que las organizaciones piensen sobre qué se hace desde sus principales órganos de gobierno para adaptarse a todo lo que está sucediendo y, de alguna manera, tener éxito. Por esto hoy comparto cinco ideas que pueden apoyar esta reflexión:

 

  • Potenciar la gestión de riesgos que pueden asaltar a la organización, tales como la carencia del bienestar y de la salud de los colaboradores, los vinculados a la ciberseguridad, la inadaptación a la brecha digital, los de naturaleza medioambiental, los asociados a la reputación y a la marca…
  • Implementar la Responsabilidad Social Corporativa, porque tiene un alto impacto en un activo de tanto valor como es la Reputación Corporativa.
  • Pensar en las personas como el centro de las decisiones, tanto estratégicas como operacionales. Y es que ante una creciente carencia de talento en las corporaciones, por cuestiones como la “Gran Renuncia”, se ha de poner especial atención a los colaboradores.
  • Apostar por la transformación y por la innovación como urgencias corporativas, porque, sin duda, se ha precipitado una disrupción y un cambio de época en múltiples sectores y mercados.
  • Desarrollar la voluntad de integrar en la gestión los criterios ESG (Environmental, Social and Governance), porque se ha vivido un punto de inflexión respecto a los antiguos modelos de gobernanza. Y porque, en la actualidad, se demanda usar factores ambientales, sociales y de gobierno para evaluar a las organizaciones.

Sin duda, se trata de ideas retadoras, que muchas organizaciones considerarán de difícil implantación por sus dinámicas internas. Sin embargo, no es preciso pasar de la nada al todo, sino que se puede evolucionar hacia el nuevo gobierno corporativo gradualmente, asumiendo que los esfuerzos pueden ser lentos, pero han de ser sin pausa y teniendo clara la meta que se aspira a alcanzar.

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