#2 Pitfalls and blindspot: Washington Mutual

Desde hace algún tiempo se viene hablando de que en 2022 estamos asistiendo a lo que puede entenderse como una serie de crisis superpuestas (overlapping global crises). En esta línea, David Malpass,  presidente del Banco Mundial, hablaba hace unas semanas de que la guerra de Rusia contra Ucrania agravará la pobreza, el hambre y el endeudamiento de los países vulnerables que traían de por sí un desgaste importante tras la pandemia. Es decir, la tormenta perfecta en términos de riesgos para las organizaciones.

Sin embargo, para que una empresa caiga, a veces, no hace falta una combinación de diversas crisis, sino basta con que aparezca una sola, pero que impacte con fuerza en el core del negocio, haciendo temblar los cimientos corporativos y finalmente provocar el colapso.

Esto puede entenderse que es lo que sucedió con Washington Mutual, un gigante financiero con más de un siglo de historia que sufrió de lleno los embistes de la crisis financiera de 2008, puesto que fue perdiendo dinero y valor a lo largo de ese año. La organización quedó atrapada en un agujero de 16.700 millones de dólares, del cual no era capaz de salir. Para intentar mantener a flote la economía estadounidense, el gobierno obligó a Washington Mutual a hacer oficial su quiebra y vender sus activos a JPMorgan.

¿Por qué sucedió esto? Porque Washington Mutual tenía su negocio muy estrechamente vinculado al mercado de la vivienda, pero también porque gran parte de sus clientes se localizaban en áreas geográficas, como California, que sufrieron un peor desempeño del mercado de la vivienda que otras zonas de Estados Unidos. Además, en la loca carrera hipotecaria previa a 2008, Washington Mutual se había expandido muy rápidamente, en muchas ubicaciones, pero sin haber construido filtros decisorios para otorgar acertadamente hipotecas ¿El resultado? Tenía como clientes en hipotecas de alto riesgo a compradores no calificados.

Y por último, días antes del anuncio de la quiebra de Washington Mutual,  había acontecido la  quiebra de Lehman Brothers, con una gran repercusión en medios de comunicación de todo el mundo. Los depositantes de Washington Mutual entraron en pánico y retiraron masivamente sus ahorros.

La vigilancia del entorno que recomiendo habitualmente hay que saber cruzarla con la realidad de la propia organización porque, en muchas ocasiones, no se precisa un tsunami para hacer fracasar un proyecto sino que bastará una tormenta que impacte de lleno en el corazón del mismo, haciendo imposible su viabilidad. Y volviendo a 2022, monitoreemos todos los riesgos, pero atendamos especialmente a aquellos de especial sensibilidad en la corporación.

 

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