#3 Pitfalls and blindspot: Enron

El caso Enron ha traspasado la barrera de los expertos para llegar al gran público y puede decirse que se ha convertido en un icono pop. Es una de esas caídas empresariales que provocaron una revisión interna y externa de lo que se estaba haciendo en las grandes empresas, pero sobre todo de lo que se les estaba permitiendo hacer.

Enron surge de la fusión de Houston Natural Gas con InterNorth, en 1985, y se convierte en una firma interestatal con un gasoducto de gas natural de 37.000 millas. La ventaja competitiva que le permitió convertirse en  el mayor comercializador de gas natural en EEUU y en el Reino Unido fue la desregulación que consintió vender el gas como si fuera un commodity, es decir, como si fueran granos, carnes o aceite. Y así, la empresa llegó a ser considerada una de las mejores compañías de Estados Unidos, de tal forma que la revista Fortune la designó como la empresa más innovadora entre 1996 y 2000. También la consideró en la lista de los 100 mejores empleadores en el año 2000.

Pero  en sus prácticas diarias, Enron ejemplificó el concepto de ingeniería contable, a saber, ofrecía servicios variados, actuaba como proveedor y comprador; reportaba pasivos que contrataba como ventas, de tal manera que ante los ojos de los inversores parecía una empresa que tenía muchos ingresos por ventas y pocas deudas… Puede decirse que se sustentaba en un castillo de naipes.

En una revisión de las cuentas por parte de las autoridades contables aparecieron deudas escondidas y elementos ocultos fuera de balance… Enron cayó, y se llevó consigo a Arthur Andersen, una de las cinco auditoras más importantes del mundo, que puede decirse que fue su partner in crime. Y es que la centenaria firma fue sentenciada por delitos de obstrucción a la justicia, y de destrucción y alteración de documentos relacionados con la quiebra de quien había sido su cliente.

De esta gran caída corporativa, han quedado muchas lecciones y una interesante herencia como es la ley Sarbanes-Oxley. Una legislación que nació por y para que  escándalos como el de Enron no volvieran a suceder ¿Cómo? Prohibiendo a los auditores hacer trabajos de consultoría para sus clientes auditados, evitando así conflictos de intereses… Además, esta ley creó nuevas reglas contables e impuso requisitos de mantenimiento de registros más estrictos y estableció un estándar para los informes de auditoría.

Podría decirse que de todo se aprende, pero el caso de Enron hubiera sido evitable con un mayor control de su compleja estructura corporativa de más de 3.000 sociedades unidas a través de holdings y, sin duda, con el desarrollo de las mejores prácticas de gobernabilidad.

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