Mejorando el código genético corporativo

Todos conocemos  muchas películas y algunas novelas que narran cómo desde un laboratorio se trabaja por y para mejorar la cadena genética del ser humano y así crear superhombres con múltiples capacidades y destrezas, en muchos casos superiores a las de la propia humanidad.

Hoy planteo que esta voluntad de mejora del ADN se lleve a los mundos corporativos y así, operando sobre ciertos elementos del día a día empresarial, se mejore la esencia de la organización.

Sin entrar en cuestiones científicas, el ADN  es un conjunto de átomos ordenados y pegados entre sí, que conforman la unidad más pequeña posible de cualquier sustancia. Los  átomos están colocados de manera que parecen componer una escalera con forma de espiral. Esta escalera  está formada por pequeños “escalones” o bases. Estos peldaños serían los diferentes productos químicos que lo componen.  Los escalones se van combinando unos con otros, dando lugar a lo que sería un código. Y este código es lo que varía de una persona a otra y lo que supone que no haya dos seres humanos iguales.

De esta manera, tampoco hay dos organizaciones iguales, aunque algunas se inspiren en otras ya sea para funcionar internamente o para relacionarse con sus stakeholders. Por esto, desde el punto de vista corporativo, es muy interesante analizar esos escalones que describíamos arriba y que podríamos interpretar como las distintas áreas de la organización, y así conocer cómo se relacionan entre sí.

¿Para qué?

Para obtener un conocimiento de alto valor que permita entender cómo se pueden mejorar esos vínculos a fin de lograr más y superiores resultados. Es importante destacar, que esta implementación de los eslabones no se ha de trabajar de forma aislada, sino desde una perspectiva de interconexión. Así, la mejora no llegará de manera solitaria a un punto , sino a toda la escalera.

La manera más acertada de llevar a cabo esta tarea, en mi opinión, es desde una perspectiva de alineamiento estratégico, que provoque que toda la escalera esté enfocada del mismo modo, con informaciones sincronizadas y con vínculos sólidos entre sí para el logro del propósito corporativo.

Y es que si en el ADN de la empresa no aparecen errores, la capacidad de esta para tener éxito, se multiplicará. Y así tendrá la oportunidad de convertirse en una suerte de súper organización, con más y mejores destrezas y conocimientos.

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